La hipótesis de la trama bolivariana (I)
El tipo sabía. Pasaba la mañana con otros veteranos de la guerra de las Malvinas, y su aspecto roto no eliminaba del todo la dignidad de alguien que había soportado sobre sus hombros el peso de los galones de oficial. Compartimos un paquete de Quilmes mientras charlábamos acariciados por un suave sol de primavera, recostados en los escalones de la catedral de Buenos Aires, observando cómo los viejos uniformes, las boinas ladeadas, las inútiles condecoraciones, usurpaban el espacio que antes fuera templo de las Madres de la Plaza de Mayo, frente al palacio presidencial.Poco antes de la despedida, el veterano me miró sostenido, rascó su cuero cabelludo con la misma mano que sujetaba la estilizada botella de cerveza, y lo escupió:
- Vos, que sos un tipo curioso, decime: "¿Qué tiene que ver el asesinato de Cánovas del Castillo con el 11-M?"
- Salvo que se trata de dos actos de terrorismo que marcan la historia de España, no se me ocurre nada.
- ¿La historia de España, decís? No, pibe, escuchá...
(Antes de continuar, debo declarar esta historia embargada hasta 2020. Se trata de un tiempo prudencial que permite escucharla como lo que es, la teoría esbozada por un veterano argentino, tripón y bebedor, con el único probable objeto de prolongar la ronda de cervezas más allá de lo que aconsejaba la prudencia. A día de hoy, debo pedir discreción y secreto, porque los ánimos no están para andar toquetando la historia en caliente. En 2020, los acontecimientos, vistos con la perspectiva que impone el tiempo, serán tan cercanos que se puede analizar sin miedo, con sincronía, la lectura de la sentencia del 11-M, el afán por considerarla texto inamovible y el posicionamiento del juez que presidía el tribunal en contra del Partido Popular en las inmediatas elecciones generales. El dato no es relevante, a día de hoy. En 2020, sin embargo, estas piezas de rompecabezas, de rompemundos diría yo, que logro encajar poco a poco no serán otra cosa que un bonito argumento para una novela histórica, para un culebrón venezolano, para un ensayo imposible. Insisto: Quien quiera jugar a seguir la pista que desplegara ante mis ojos un tipo cansado y descreído, analista de Inteligencia Militar derrotado en una guerra imposible y expulsado por mantener su dignidad de oficial frente a los generales que quisieron robársela para salvarse ellos, debe cruzar este río de doce años y mirar a nuestros días como una época nebulosa, útil para armar historias y jugar con los hechos...)
¿Podía el asesinato de Cánovas arrojar una luz nueva al 11-M? El tipo sabía, desde luego. Pero yo enterré su historia en el cajón de asuntos olvidables hasta el día en que el nuevo gran dictador ordenó desde un programa de televisión que le movieran los tanques a la frontera...
(Continuará)
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delopoliticoalohumano -